Imagen cortesía de: (arxiv.org)
Todo comenzó cuando una serie de astrónomos suecos encontraron un nuevo objeto en los confines del sistema solar, la emoción de tal descubrimiento les llevó a publicar sus resultados en internet, invitando a otros astrónomos a revisar su trabajo.
¿Quizás habían encontrado el planeta X?, la reacción del mundo astronómico, no se hizo esperar, el ansiado mundo gigante más allá de la órbita de Plutón parecía haberse localizado, los astrónomos oficiales, con más escepticismo que euforia, comenzaron la búsqueda con los datos que los astrónomos suecos habían proporcionado.
La búsqueda de planetas ocultos, tiene una larga tradición, como si atávicamente, supiésemos que existe un cuerpo enorme extremadamente alejado de nuestro sol.
Gran parte de la especulación en los mundos gigantes más allá de Neptuno ha sido asignada como “reino de la pseudociencia” por la ciencia ortodoxa, el planeta del fin del mundo Nibiru, que fue propuesto por el autor Zacarías Sitchin como una explicación de la formación de la Tierra y el cinturón de asteroides, así como su origen en la mitología babilónica.
Lo cierto es que algunos estudios, sitúan cuerpos indeterminados orbitando más allá de Plutón como el reciente estudio efectuado por Wouter Vlemmings (Universidad de Chalmers) y sus colegas, quienes describen observaciones de un objeto en movimiento contra el fondo de estrellas, que se recogieron mediante el telescopio de Atacama (ALMA) en Chile. Nombrando a dicho cuerpo con la etiqueta de “Gna”, que hace referencia una rápida deidad nórdica que portaba los mensajes de Frigg, diosa de la sabiduría.
Lamentablemente, y según las observaciones, Gna, debe tener unos 900 Km de diámetro y está situado a unos 3 mil millones de Km del Sol.
No obstante, el equipo, parece afirmar que existe una posibilidad de que las mediciones de Gna no fueran correctas por la enorme distancia del cuerpo e incluso que se tratase de un mundo errante que no estuviese ligado a nuestro sistema solar.
Algunos astrónomos entraron en cólera, cuando los datos fueron sacados a la luz, como fue el caso de Eric majk, profesor asociado de física y astronomía en la Universidad de Rochester qué dijo «Los autores deben mantener estos datos en privado y peritarlos con otros colegas … antes de hacer sus públicos sus resultados y hacer afirmaciones audaces», como vemos, el Sr. Eric, parece todo un comisario político de la ciencia ortodoxa (según mi punto de vista), parece que el enfado fue tan monumental que incluso afirmo que la fuente de las observaciones no eran del todo correctas y que no pertenecía al sistema solar.
¿Existe el Planeta X?, ¿es este descubrimiento el planeta X?, no lo sabemos, pero sospecho que algo debe haber en el fondo más alejado de nuestro sistema solar.