Hoy vengo a usted, con la segunda parte de un tema que a mi parecer resulta de interés. Este no es otro que el de los sueños lúcidos.
He podido ver como en los foros y los blogs de la Red, existen instrucciones y consejos sobre los modos y maneras de alcanzar el sueño lúcido. Como de costumbre, un alto porcentaje de tales afirmaciones no deja de ser palabrería desechable de aquellos que intentan llenar sus vacíos existenciales de las peores formas posibles. Disparate, tras disparate, los menos errados, llegan a afirmar que tras un trabajo de hasta seis meses, no existe garantía de conseguir nada. Parece ser cosa que no está al alcance de todo el mundo.
Según argumenta Stephen La Berge, autor de «Explorando el mundo de los sueños lúcidos», la frecuencia de estos sueños aumenta si los individuos son adiestrado para detectar los contenidos «absurdos» de los sueños que, por lo común, nos parecen normales mientras soñamos. Esto nos ayudaría a tomar consciencia de que estamos soñando.
Por su parte, los neurocientíficos del Instituto Max Planck opinan que las habilidades metacognitivas, de autorreflexión, se pueden potenciar mediante este tipo de sueños. Pretendiendo entrenar en los sueños lúcidos a voluntarios con el fin de conocer si esto mejora la capacidad de autorreflexión.
En mi opinión creo que sería más fácil hacerlo al revés: Entrenar la capacidad de autorreflexión y ver si con ello se favorecen los sueños lúcidos.
Ursula Voss, por otro lado, ante la dificultad de aleccionar a las personas para sus investigaciones, esbozó el inducir este tipo de sueños. En mayo del año 2014 tuvo cierto éxito. Para ello estimularon el cerebro de los sujetos con ondas gamma durante la fase MOR del sueño.
Sus resultados aparecen publicados en las revista «Nature Neuroscience».
Mediante la aplicación de electrodos en los cráneos de los pacientes lograron, mediante estimulación transcraneal de corriente alterna[1], que los 27 voluntarios tomaran consciencia de estar soñando. Voss advierte que los dispositivos que se venden para tales fines en la actualidad no sólo no funcionan sino que además, su aplicación debe ser vigilada por un especialista médico.
Parece ser que existe una relación entre la inteligencia, la autoreflexión, y la salubridad psíquica del individuo con respecto de los sueños lúcidos. Ya que La utilidad práctica que tiene provocar este tipo de sueños artificialmente serviría para ayudar a tratar trastornos tales como la ansiedad, la depreseión o el trastono de estrés postraumático, según cuenta en Nature Neuroscience Jessica Payne, del Departamento de Psicología, Memoria, Estrés y Sueño de la Universidad de Notre Dame de Indiana.
Afecciones que, por otro lado no son sufridas por las personas que de una manera natural son autoreflexivas menos propensas a subsumirse en depresiones o sufrir ataques de ansiedad.
[1] TACS por sus siglas en inglés.
JPN
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7 comments
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Muchas Gracias por el artículo, JL.
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Buenas tardes, siempre he tenido sueños lúcidos, pero después de leer Carlos Castañeda he organizado más los sueños lúcidos(viajes del cuerpo energético), Disfruto mucho cuando los tengo, hay periodos en que se paran, incluso algunos son tan reales y tan lúcidos que me agobio un poco y me digo- hóstias como hago para volver y se me quedo atrapado aquí para siempre?
Este tema és muy importante y vital pues creo que a través del sueño
nos libertariamos de vez de la matrix.
Buena viaje a todos, cuidado con los vampiros que habitan nuestros sueños y MD podría hacer un video sobre este tema tan educativo y real.
Saludos.
Pienso que no tiene que ver con la inteligencia y si con la capacidad de ser consciente de uno mismo en todo momento, el modo de vida occidental es fatal para fomentar esto: tv, internet, mobiles, videos…todo hecho para olvidarse de uno mismo: emborracharse, enamorarse, vida social, estres, cansancio y mal rollo en el trabajo, todo eso no se puede compensar aplicando luego cierto tipo de ondas en el cerebro.
Lei que un Lama siempre era consciente de cualquier estado del cerebro.
Pienso que no basta leer un libro como el arte de ensoñar y mucho menos una guia rapida para inducir esos sueños, sino que creo que es mas parecido a estudiar ocho años de piano.
Para la gente corriente como yo no es posible distinguir entre la realidad y el sueño por tanto si uno se cuestiona siempre esos estados por ejemplo preguntandose si esta soñando, comprobando si siente dolor, tarde o temprano ocurrira en cualquier sueño, quiza mirarse las manos en el sueño lucido ayuda a prolongarlo o hacer tambien cualquier otra cosa conscientemente, diria que en un sueño lucido es muy facil distraerse poniendose a volar etc…y es mas util aunque menos atractivo realizar cosas cotidianas y actividades rutinarias sin perder la conciencia en el propio sueño, quiza eso permita que sucedan mas a menudo.
PIenso que puede haber una tercera y una cuarta parte sobre sueños lucidos porque hay mucho mas que hablar aunque ya ningun instituto ni Max Plank ni de cualquier otro tipo dara informacion sobre ello, pero en mi caso como dijo Wittgenstein es mejor callar.
Mi comentario no tiene ningun afan de nada solamente estimular a JPN y que hay mucha gente interesada en eso, que lee sus articulos y que no dice nada. Saludos
cuando tengo sueños lucidos, cosa que me pasa seguido , en ese instante en el que me doy cuenta que esto no es la realidad digo – puta madre estoy soñando- ahora que ago y me pongo a caminar por el lugar, lo curioso esque no puedo prender ninguna cosa electrica , ni encender las luces , ni checar mi celular, pero si puedo hacer de todo menos eso
Hola, Javier:
Solo escribía para decirte que me ha reportado una alegría inmensa que hayas retornado a estos lares. Se te echaba mucho de menos. Gracias por tu vuelta, de verdad. ¡Encima tratando un tema tan interesante como el de los sueños lúcidos! Simplemente magnífico.
Un abrazo y espero con ganas volverte a leer. 😉
Luis.
quería decir «él lo llama» con acento
Carlos Castaneda habla largamente de lo que en este artículo tan interesante se denominan sueños lúcidos. Carlos explica cómo su maestro Juan Matus, un indio yaqui heredero de las tradiciones chamánicas toltecas, le enseñó entre otras cosas el arte de soñar o ensueño como el lo llama. En uno de sus libros «el arte de soñar» Castaneda explica detalladamente lo que hay que hacer para llegar a controlar los sueños y viajar a través de ellos. Los libros de Castaneda son apasionantes. También los de sus compañeros de ensueños como Florinda Donner o Taisha Abelar.