En noviembre de 2012, un grupo de científicos japoneses hizo un importante anuncio que gran parte de los medios de comunicación mundiales omitió.
Fusa Miyake y algunos compañeros de la Universidad de Nagoya en Japón estaban estudiando los registros de anillos de árboles que se generan casi de manera exacta cada año. Estos estudiantes encontraron concentraciones de carbono-14 en los árboles de cedro japonés anormalmente elevadas; de forma repentina se elevaron entre 774 dC y 775 dC. Aparentemente, otros equipos de investigación encontraron elevaciones similares de C14 en la fecha de 773 AD.
Entonces, ¿qué hizo que este aumento repentino en el carbono 14? Los astrónomos están de acuerdo en que el culpable debe debió haber venido del espacio exterior, planteando la posibilidad de que un cometa impactase contra la Tierra en aquellas fechas.
Ilya Usoskin en la Universidad de Oulu en Finlandia y Gennady Kovaltsov en el Instituto Físico-Técnico Ioffe en San Petersburgo, Rusia, firmemente descarta esta posibilidad, según los cálculos rusos, el meteorito en cuestión para haber generado tal alteración de C14 tendría que haber tenido como mínimo 100 km de diámetro.
Un meteorito de 100 Km hubiese dejado restos tan significativos en la corteza terrestre que mostrarían claramente un cráter de descomunal tamaño sobre la misma y la ausencia de tal evidencia hace imposible dicho evento.
Solo existen dos teorías plausibles aunque complejas.
- Que una supernova muy cercana a la Tierra hubiese eclosionado, empapando el sistema solar de enormes cantidades de rayos cósmicos, pero no existen registros sobre supernovas en aquellas fechas o restos actuales de una supernova semejante.
- Que el Sol hubiese emitido una “Súper-Llamarada” 1000 veces más potente de lo normal sobre la que la tierra se interpuso en su camino.
La segunda teoría también fue descartada hasta comprobarse que cada 3000 años aproximadamente el Sol emite una llamarada de características similares.
Es cierto que hay indicios en los textos medievales que algo interesante ocurrió en la atmósfera en aquel año. Un texto Inglés del 774 dC dice lo siguiente: «Este año también apareció en el cielo una cruz roja, después de la puesta del sol; Mecía y los hombres de Kent lucharon en Otford, y serpientes maravillosas fueron vistos en la tierra del sur-sajón.» Y un texto alemán de 776 dC describe dos escudos quemándose con color rojo y moviéndose por encima de una iglesia durante la campaña de Carlomagno contra los sajones.
Estos textos parecen no probar mucho, pero quizás confirmen la teoría de las “Súper-Llamaradas Solares”
Confiemos estar a 2300 años de la próxima.
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3 comments
Muy interesante.
Pienso en cómo afectaría al resto de los seres vivos en cuanto al sistema inmune, al físico y al psíquico; si los seres vivos son capaces de presentir con anterioridad un evento de estas características. Recuerdo el videoprograma de las plantas, aquel que explicabas cómo unas eran capaces de quitar energía a otras. Posiblemente eventos cósmicos como los que siempre se han producido han repercutido en nosotros, considero importante tenerlos en cuenta y dejar fluir nuestras energías sin poner resistencia alguna.
Muchas gracias.
Talvez una guerra entre habitantes de otros mundos. Yo conoci hace algunos anos al Dr Stefano Brescia que escribio contactos en masa en ingles e italiano en Pescara y el me conto que habian existido extraterrestres viviendo en esta region que el mismo conocio. Ademas que estos sostubieron una batalla estelar que produjo unos tsunamis en el mar adriatico y que la prensa oficial no comunico nada en ese entonces. Esto es lo que me permite pensar que estas batallas no son tan extranas como pudiese parecer y que nada de raro tiene que una de estas actividades punitivas sea la que se ve reflejada con el C14.
Un saludo a JL y a todos.
El carbono 14 es un isótopo del carbono bastante común. Puede que un incendio en el bosque aumentasen la cantidad de C14 en el suelo, que siglos después los árboles pudieron haber absorbido. Tampoco me extrañaría que esas altas concentraciones de C14 estén producidas por cuestiones volcánicas ya que el monte Fuji es un volcán. También puede ser que alguna erupción provocase incendios en los bosques japoneses que produjeron gran cantidad de cenizas, que en su mayoría son carbono y esas cenizas con C14 cubrieron el suelo de los bosques japoneses, alterando la concentración de C14 del suelo que iría poco a poco entrando en las plantas y árboles por cuestiones naturales.