Quizás por la mente de alguno, surja la idea de que lo que vamos a contar en el siguiente video es un Fake, o quizás penséis que la cuestión OVNI es un pasatiempo de lunáticos crédulos, pero lo cierto es que se han desclasificado recientemente unos documentos que vinculan CLARAMENTE la enorme importancia que el propio Kennedy daba a este tema que incluso quería preparar un plan de cooperación espacial en cuestiones de defensa con la Unión Soviética, país que por entonces era su enemigo.
Hemos traducido los documentos confidenciales al castellano y los hemos analizado en este videoprograma, francamente, lo que los archivos secretos de la CIA esconden, van mas lejos que lo que nosotros podamos pensar sobre el tema extraterrestre y los gobiernos.
Esperamos que os guste.
Memorandum desclasificado en el que Kennedy exige información sobre los OVNIs al director de la CIA, el documento es autentico
Segundo Memorandum en el que por entonces presidente de los Estados Unidos, solicita un plan de cooperación a la NASA con la URSS para la exploración y seguridad en el espacio así como cuestiones que el denomina «desconocidas» y que vincula con lo que llama «amenaza», evidentemente, la amenaza a la que se refiere el presidente es ajena a la URSS ya que es solicito en pedir cooperación con ella, … una amenaza Extraterrestre…
Resulta que en la semana que va del 4 al 10 de marzo, cuatro asteroides se han aproximado a nuestro planeta.
La primera “visita” fue el lunes 4 y la última, si las autoridades lo permiten – nótese la sorna -, el domingo 10.
Este ritmo, según los entendidos, lejos de ser una anormalidad en cuanto a frecuencia es completamente normal, sólo que ahora, es seguido de cerca por los medios de comunicación. Máxime cuando la caída de un meteorito el 15 de febrero en la ciudad rusa de Chelyabinsk ha encendido las alarmas en la comunidad científica, pues se trata del mayor impacto sufrido en la Tierra por un fenómeno de esta naturaleza en los últimos cien años. Con tan sólo 15 metros de diámetro en el momento de su entrada en la atmósfera, tenía una masa de 7.000 toneladas y liberó energía equivalente a 500 kilotones. Hirió a 1.200 personas y provocó importantes daños en los edificios de la ciudad. O eso es lo que se dice.
Cual campo de tiro cósmico, el encuentro más significativo de nuestro planeta con una de estas rocas espaciales ocurrió el sábado. El asteroide 2013 ET, que fuera descubierto el 3 de marzo por investigadores de la Universidad de Arizona, pasó a 965.606 kilómetros de la Tierra, aproximadamente 2,5 veces la distancia media entre la Tierra y el Sol. Según las primeras estimaciones, su tamaño alcanzaba los 140 metros de diámetro, pero las últimas observaciones de la NASA lo han encogido a tan sólo 40 metros.
Ese mismo sábado otro asteroide, 2013 EC20, más pequeño (sólo 7 metros de diámetro), descubierto apenas dos días antes, se acercó todavía más a la Tierra. Pasó a una distancia de 150.000 km (menos de la mitad de la distancia media entre la Tierra y la Luna).
Si el primero de los dos asteroides (2013 ET) hubiera alcanzado la Tierra podría haber destruido una gran ciudad. En 1908 otro cuerpo espacial del mismo tamaño penetró en la atmósfera sobre Siberia, en lo que se conoce como “incidente Tunguska”, y arrasó por completo bosques en una zona de 2.140 kilómetros cuadrados. Así la cosa, imaginen.
Los otros dos cuerpos de la última semana fueron el asteroide 2013 CE y el 2013 EN20, que se aproximaron el lunes y el domingo, respectivamente. El 2013 CE, con 12 metros de ancho, descubierto por el astrofísico italiano Gianluca Masi, pasó a 383.000 kilómetros, casi la misma distancia que hay entre la Tierra y la Luna. Su hallazgo se dio dos días antes de su máxima aproximación . Más allá de la órbita lunar cruzó el 2013 EN20, con cerca de 23 metros de diámetro.
A pesar de las apariencias, sin embargo, no está sucediendo nada extraordinario o que se salga de lo que es normal. Científicos de la NASA y astrónomos de todo el mundo exploran de manera contínua el cielo en busca de rocas errantes que puedan suponer una amenaza para nosotros. Y son muchos los asteroides que pasan más o menos cerca de la Tierra sin que, por ahora, podamos detectarlos.
El caso del meteorito de Chelyabinsk ha logrado concentrar la atención mundial sobre esta clase de episodios, aunque yo considero que no hay otro motivo que no sea el morbo (por lo menos desde aquel que se supone cayó y exitinguió a los dinosaurios). Cientos de toneladas métricas de materia surcan los espacios circundantes a nuestro planeta todos los días, por lo menos eso es lo que hemos – como humanos – podido detectar, de los cuales al menos un centenar penetra en la atmósfera sin mayor complicación.
Mientras, el mundo sigue las peripecias de una facción monástica (y de otras más sectarias aún), que si bien es mayoritaria en cuanto a credos no es representativa, en absoluto, en cuanto a humana. Los más exacerbados petimetres, los mismo que cada mil años anuncian la llegada de un asteroide vengador llamado Ajenjo (confundiendo estrellas, montañas, asteroides y hasta la mano derecha con la izquierda), se han dedicado a defender el honor y la honra del pastor1 que les habrá de guiar, como borregos que son, por las senda de una doctrina tan dogmática como hipócrita.
Como a menudo suelo decir: El mundo gira y los tontos miran.
Que de la Realidad Absoluta, sólo conocemos grados, no es cosa nueva. Como tampoco lo son las afirmaciones que toda suerte de escinsiones derivadas del mazdeismo (neoplatónicos, gnosticos, cristianismo primitivos, judaismo, sufismo, hinduismo, budismo, etc…) hicieran sobre ella.
Por aquello de que el ocultismo es ciencia antes de convertise en tal (pese a que algunos opinen que es una suerte de culto a los demonios propios de un imaginario dogmático particular, producto de un severo grado de neuroticismo), hoy les traigo la siguiente noticia.
Hace aproximadamente una década, Nick Bostrom, filósofo británico profesor de filosofía de la Universidad de Oxford, desarrolló la teoría de que el Universo en que vivimos podría no ser más que una simulación informática creada por nuestros lejanos descendientes.
Por extraño que parezca, ahora, un grupo de físicos de la Universidad de Washington han desarrollado un test para probar la veracidad de tal aserto.
El estudio aparece publicado aquí.
Hay que reconcer que la idea de que la Humanidad podría estar viviendo en el interior de un universo artificial es sugerente. Desde que apareciera plasmada en 2003 en la revista Philosophical Quarterly no ha dejado a nadie indiferente.
Bostrom argumenta que por lo menos una de estas tres posibilidades debe ser cierta:
1.- Es probable que nuestra especie se extinga antes de alcanzar una etapa «post humana»1.
2.- Es muy poco probable que cualquier civilización «post humana» ponga en marcha un número significativo de simulaciones informáticas sobre su historia evolutiva.
3.- Tenemos la casi absoluta certeza de estar viviendo en una simulación informática.
En sus propias palabras: «La creencia de que hay una posibilidad significativa de que un día nos convirtamos en «post humanos» que pongan en marcha simulaciones sobre sus ancestros es falsa, a menos que no estemos ya viviendo en una simulación».
De cualquier manera, en juego la limitación de nuestras computadoras, serían necesarias décadas enteras de cálculos para que éstas pudieran ejecutar incluso los más elementales programas de simulación sobre la evolución del Universo.
Ante tal tesitura, un grupo de de físicos de la Universidad de Washington ha puesto a punto un «test» que podría realizarse ahora, o en un futuro muy cercano, y que sería capaz de discernir si, efectivamente, vivimos o no dentro de una simulación.
Hoy día, las supercomputadoras más avanzadas utilizan una técnica llamada «cuadrícula de cromodinámica cuántica» que, fundamentándose en las leyes fundamentales de la Física que rigen el Universo, son capaces de simular (con cierto éxito) diminutas porciones de él, en la escala de una billonésima de metro (algo insuficiente, pues es una dimensión escasamente mayor que la de un núcleo atómico).
Para Martin Savage, profesor de Física de la Universidad de Washington y autor principal del estudio, existen ya señales inequívocas de la presencia de ciertas restricciones físicas en las simulaciones del presente. Restricciones que seguramente se harán cada vez más evidentes a medida que las supercomputadoras puedan simular porciones cada vez mayores de Universo.
Una de esas restricciones sería la «cuadrícula base» que sirve para modelar el contínuo espacio-temporal en el que el Universo se desarrolla y que usarán también nuestros lejanos descendientes para construir sus simulaciones en un futuro lejano. Por eso, encontrar pruebas de que existen esas restricciones en nuestro Universo sería lo mismo que demostrar que vivimos en un entorno artificial.
Pero hay más. En febrero de 2009 un extraño ruido fue detectado por el GEO600. Tal sonido trajo de cabeza a los investigadores que trabajan en él, hasta que Craig Hogan, físico y director del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab), de Estados Unidos, afirmó que el GEO600 se había tropezado con el límite fundamental del espacio-tiempo, es decir, el punto en el que el espacio-tiempo deja de comportarse como el suave continuo que Einstein describiera para disolverse en “granulos” (más o menos de la misma forma que una imagen fotográfica puede verse granulada cuanto más de cerca la observamos).
Según Hogan: “Parece como si el GEO600 hubiese sido golpeado por las microscópicas convulsiones cuánticas del espacio-tiempo”. Afirmando que si esto es cierto, entonces se habría encontrado la evidencia necesaria para afirmar que vivimos en un gigantesco holograma cósmico.
En cuyo caso, cabría hacerse la siguiente pregunta: «¿Podríamos comunicarnos con otros Universos si todos ellos se están ejecutando sobre la misma plataforma?». Sin duda, una más que interesante cuestión.
1.- Cosa que, si no se ha dado cuenta, es un Perogrullo. Si no alcanzas una etapa «posthumana» te extingues y si la alcanzas, dejas de ser humano, ahora eres «posthumano». Ergo, humano dejas de ser.
El pasado día 15 de Febrero, cayó un supuesto meteorito que a fecha de hoy, no se ha encontrado, en este vídeo, hablamos con Johansen, miembro del equipo de MD quién ha encontrado múltiples incoherencias con la versión oficial.
Que ha sido lo que ha impactado en los Urales… Meteorito, Arma, OVNI, cuerpo extraño…. escuchad el vídeo y sacad vuestras propias conclusiones.
Numerosas personas han sido heridas por una lluvia de meteoritos este viernes provocando múltiples daños, inicialmente se pensó que eran meteoritos, lo cierto es que se trataba de los restos de un meteorito que a su paso por la atmósfera se fragmento produciendo diversas explosiones.
En muchos casos, los fragmentos alcanzaron la tierra, afortunadamente la zona donde se han producido los impactos es poco poblada, no obstante, ha habido muchos heridos por traumatismo y cristales rotos debidos a la onda de choque generada por la explosión.
Las grabaciones en vídeo son espectaculares…
Algunas fuentes (no muy bien informadas según nosotros opinamos) señalan que dicho fenómeno no tiene nada que ver con el asteroide 2012 D14 de unos 80 m de Diámetro que se acercará hoy día 15 a las 20:30 hora española.
Lo que Rusia afirma es que la fuerza aeéea Rusa ha interceptado el meteorito y lo que ha caído son fragmentos de la desintegración del objeto.
No obstante, desde Mundo Desconocido, pensamos que ambos acontecimientos tienen vinculación y puede existir riesgo de nuevas lluvias de meteoritos de fragmentos que sigan la órbita del asteroide, semejante a metralla estelar.
la pregunta es ¿Saben algo y nos lo están ocultando para evitar desatar el pánico?… en breves horas lo descubriremos.
Autoridades rusas al más alto nivel consideran imperante unir fuerzas a nivel internacional para prevenir el acercamiento de objetos semejantes.
¿Grandes señales en los cielos…? juzguen Vds. Mismos…
No era esta, ni mucho menos, la temática que iba a abordar en mi articulo, pero una serie de informaciones que he leído recientemente me han animado a escribir un post acerca de este tema aunque ya haya sido tratado anteriormente. Hace unos días, un articulo de JL nos hablaba sobre una importante llamarada solar que nos afectaría con distintas consecuencias. Mas recientemente, dos noticias aparecidas en un mismo medio informativo, me llamaron la atención. Una de ellas hacia referencia a que la compañía de seguros británica «Lloyd´s of London» alertaba sobre un «gran apagón» por incremento de la actividad solar. En la otra, se decía que la humanidad debe prepararse para la mayor tormenta solar del sigo y que solo seremos advertidos 15 minutos antes de que se produzca. Y es que, según los científicos nos acercamos a un periodo de gran actividad solar y, de hecho, no se descarta que se desate una tormenta solar de proporciones catastróficas.
El Sol, atraviesa por distintos ciclos cada 11 años aproximadamente, y estos ciclos se caracterizan por registrarse en ellos un mínimo de manchas solares que son las que determinan la actividad del astro rey. El ultimo mínimo se registro en 2008, de tal manera que, a día de hoy, y durante los próximos años, estamos asistiendo a un nuevo ciclo de actividad solar, en concreto el numero 24. Estos ciclos se caracterizan por ir in crescendo, me explico, cada ciclo es mas activo y fuerte que el anterior; y también por que los primeros años de los mismos tienden a ser los mas violentos en cuanto a llamaradas y actividad solar. Según los astrónomos este periodo seria el comprendido entre 2012 y 2015, aunque alertan especialmente de la peligrosidad que envuelve al año que acabamos de empezar, 2013.
¿Qué es el efecto Carrington?
Se conoce con el nombre de efecto Carrington a la mayor tormenta solar de la historia y sus consecuencias. En particular, se sabe cual fue su magnitud, por el estudio de los hielos del ártico. Las partículas energéticas, dejan su huella en los nitratos de los núcleos del hielo. Pues bien, el evento Carrington es el mas intenso de los últimos 500 años, y mas del doble del que le sigue.
Todo comenzó a las 11:23 am del 1 de septiembre de 1859. En aquella soleada mañana de verano inglesa, Richard Carrington tenía su telescopio apuntando al astro rey. A pesar de sus 33 años de edad, Carrington estaba reconocido como uno de los mas reputados astrónomos solares de Reino Unido. Richard observaba por su telescopio a la vez que esbozaba en papel el pequeño grupo de manchas que veía cuando, de forma súbita, dos grandes “gotas” de luz blanca cegadora se manifestaron en la superficie solar y, apenas un minuto después, aquella repentina «explosión» se debilitó y desapareció.
A la mañana siguiente, se manifestaron auroras en el cielo en plenas latitudes ecuatoriales y, en algunas zonas, eran tan brillantes que permitían leer un periódico en plena noche. En algunos lugares incluso cundió el pánico pues se pensaba que estaba amaneciendo a altas horas de la madrugada. Las redes de telégrafos de la época comenzaron a fallar y comportarse de manera extraña, hasta tal punto que algunas ardían de manera espontanea y los pocos generadores eléctricos que existían quedaron totalmente quemados e inutilizados.
Lo que había sucedido fue que el Sol proyectó directamente sobre La Tierra una inmensa CME (Eyección de Masa Coronal) de nube de partículas cargadas, lo que provocó una terrible sacudida magnética al planeta, es decir, lo que los científicos conocen como “tormenta geomagnética”. Como hemos dicho anteriormente, la mayor en 500 años y que es la actualmente nos amenaza.
A pesar de tratarse de un fenómeno de una magnitud historia, las CME tampoco son hechos aislados. De hecho, Louis J. Zanderotti, ex técnico de los Laboratorios Bell y editor de Special Weather, lleva mas de 30 años alertando a la comunidad científica sobre la posibilidad de una erupción solar como la de 1859 y sus consecuencias en las redes de comunicaciones actuales. Y parece que lleva bastante razón. El 4 de agosto de 1972 una tormenta solar dejo sin comunicaciones al estado de Illinois lo que causo a la compañía AT&T millones de dolares al tener que rediseñar el sistema de cableado trasnatlántico. El 13 de marzo de 1989, otra CME dejó sin electricidad a 6 millones de personas en Canada durante más de 9 horas. En 1998, interfirió gravemente en el funcionamiento del satélite Galaxy IV, que controlaba cajeros automáticos y vuelos comerciales. En diciembre de 2005 el sistema de posicionamiento global (GPS) quedo sin funcionamiento a nivel planetario durante 10 minutos. Esto supuso grabes problemas en el trafico marítimo y aéreo… y todas esas manifestaciones son simples “Davides” en comparación con el Goliath que sería un efecto Carrington.
Imagen cortesía de www.principiamarsupia.com
¿Qué ocurriría si el evento de 1859 se repitiese a día de hoy?
Las consecuencias serian, básicamente apocalípticas. Y es que, por ejemplo, los expertos estiman que es imposible proteger el sistema de satélites mundial de un efecto Carrington y las repercusiones económicas serian insalvables. De hecho, un reciente estudio estimó que el coste de los aproximadamente 900 satélites que actualmente existen en órbita, estarían valorados en torno a los 60-70 mil millones de dolares. Y eso no sería todo.
Según informes de la OCDE y NASA, las repercusiones de una tormenta solar semejante a la de 1859 traería consigo las siguientes consecuencias:
Caos en el sistema de transportes aéreos, navales, del trafico rodado y sobre raíles al alterarse o anularse los GPS, los s semáforos y el suministro eléctrico; grandes incendios de tipo eléctrico; fallo general del suministro eléctrico tanto en empresas como en domicilios; corte del suministro de agua en las ciudades al quedar inutilizados los sistemas de bombeo eléctrico; se anularía cualquier sistema de comunicación, tanto teléfonos móviles, como redes telefónicas por cable, televisión, radio, Internet… imposibilidad de retirar dinero de cajeros automáticos y total desaparición de bases de datos bancarias y financieras…
Es decir, en cuestión de minutos, cualquier aparato que se alimente de energía eléctrica (bombillas, microondas, televisores, ordenadores, teléfonos, alumbrado, vitrocerámicas, hornos, ascensores…), así como cualquier medio de transporte autónomo, dejaría inmediatamente de existir en nuestras vidas.
Y eso solo seria el principio.
A los tres días se habrían agotado las reservas de diésel que las centrales nucleares usan en caso de emergencia para refrigerar sus núcleos lo que traería consigo el fallo general de las mismas y la mas que posible explosión de sus reactores nucleares. El agotamiento de las reservas de diésel de los hospitales conllevaría la practica desaparición de la medicina moderna tal y como la conocemos. Total colapso del sistema de alcantarillado y tratamiento de residuos de las ciudades así como el completo desabastecimiento de las mismas: no llegarían alimentos a los supermercados, ni agua embotellada, ni medicinas, ni ninguna clase de combustible. Corte del suministro de gas que se uniría al de la electricidad y el agua. Agotamiento de las reservas de diésel de emergencia de las prisiones, lo que haría que fallasen todos los sistemas de seguridad de las mismas. A todo esto habría que sumarle el colapso total de los sistemas de emergencia, tanto policía, como bomberos y hospitales.
Y, todo este panorama tardaría en solucionarse meses. O años. O tal vez siglos. Volver a construir toda la infraestructura tal y como la conocemos seria inviable económica y técnicamente a corto o medio plazo.
¿Estamos preparados para ello?
La respuesta es clara: NO. Y al decir no, es un no a todos los niveles. No hay sistemas de protección o defensa contra un evento Carrington. Si bien desde las principales agencias espaciales la actividad del sol se estudia al milímetro nada impediría que gran eyección de materia coronaria terminase con toda nuestra tecnología en cuestión de segundos. No existe ningún mecanismo de defensa contra ello, en parte, por que sería extremadamente costoso, y en parte por que se estima que un evento como el de 1859 solo se produce una vez cada 500 años… pero solo se trata de una estimación sin mas base que la estadista. Así pues, crucemos lo dedos durante lo que nos queda de año…
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