Mundo Desconocido

Todos los artículos por :Autor:

, , , , ,

Levitación Acústica

Hoy vengo a hablarles de otra de esas cosas que me parecen de sumo interés, pues rompen el paradigma mecanicista acercándolo en grado a un planteamiento más sútil. Es por ello que me parece apropiado tratar el tema de la levitación acústica en comparación con la magnética que es la que de común conocemos (por ejemplo los trenes bala japoneses).

Hasta ahora el mejor sistema que se conocía  para hacer levitar un objeto – mantenerlo en el aire sin contacto alguno – era la levitación magnética. En síntesis, la levitación magnética consiste en enfrentar dos imanes de mismo polo y controlar su fuerza repulsiva para mantener los cuerpo flotando. Método rústico donde los haya (en la EGB hicimos algo parecido a base de imanes y metacrilato).

Por otro lado, la levitación magnética con superconductores – un nivel más allá de la magnética simple – si bien es más sofisticada, también es mucho más compleja, ya que la resistividad de los superconductores es nula por debajo de la temperatura crítica característica de cada material. Lo que supone tener bajar la temperatura1 del mismo.

En presencia de un campo magnético la temperatura crítica es menor que la correspondiente en ausencia de campo. Cuando el superconductor se enfría por debajo de la temperatura crítica en un campo magnético, el campo magnético dentro del material es nulo por que las corrientes superconductoras que se inducen en su superficie producen un campo magnético que compensa en el interior del superconductor al campo magnético aplicado.

Al acercar un imán a un material superconductor se produce, magnéticamente, una imagen de él como si el superconductor fuera un espejo. De esta manera, el imán es siempre repelido por su imagen o lo que es lo mismo, por el superconductor, de modo y manera que la fuerza de repulsión es capaz de contrarrestar el peso del imán, produciendo así la levitación. Cosa esta que fuera demostrada en 2007 por António Fernandes Silva y José Rodrigues Pais de la Universidade de Aveiro, de la vecina Portugal.

Ahora, desenchando los rudimentos del magnetismo, se ha ido un paso más allá en cuanto al asunto de la levitación.

La novedad es que se trata de la levitación acústica. En la que e utilizan unos altavoces especialmente diseñados para producir ondas sonoras en el rango de los 22.000 Hz, es decir, por encima de lo que el ser humano puede oír (el oído humano puede oír frecuencias comprendidas entre los 20 y los 20.000 Hz, aunque realmente nadie logra escuchar tantas frecuencias).

Dado que su amplitud de onda es muy alta, del orden de los  150 dB (120 dB es el máximo soportable por el sistema auditivo sin deteriorarse) es posible mantener en el aire, levitando, ciertos materiales como líquidos e incluso solidos de pequeño volumen y gramaje.

Las aplicaciones industriales y médicas de este sistema son múltiples y  varias, y se aplican como método para evitar la contaminación de ciertos materiales y sustancias al permitir la manipulación sin que entren en contacto unos con otras.

Como botón de muestra, un video donde Argonne National Laboratory muestra sus descubrimientos.

1.- Cuando pensamos en ciencia y sistemás, por lo general pensamos en el aporte de energía (calor) en lugar de la sustracción de la misma (frío).

, , , , , , , ,

Sincronicidades (II)

Como decía hace algunos días, las sincronicidades estudian los fenómenos de coincidencia. Fenómenos estos que no son relaciones entre la conciencia y el mundo exterior, sino entre el inconsciente colectivo (arquetipos) y el entorno.

Podueden definirse a los arquetipos como constituidos por el sedimento de las esperiencias colectivas que se han hecho inconscientes. Cuanto más profundo el arquetipo mayor la carga psíquica del mismo.

Sin pretender yo ser jungiano – dado que sólo expongo las conclusiones a las que llegase Jung, sin interpretarlas de ninguna manera – diré que estos símbolos, sólo se manifiestan en lo cotidiano de nuestras vidas de una forma no racional, producto de la tensión emocional del individuo.

Aconteció una vez que Jung trataba a una joven paciente que psicológicamente era inaccesible. Esto se debía a que pretendía saber las cosas mejor que nadie, amparándose en un racionalismo cartesiano tan afilado que le hacía percibir la realidad de tal forma que era geométricamente  imposible – geometría euclidiana – intentar un argumento crítico. Todo estaba perfectamente estructurado, sin ningún tipo de cabo suelto. Tal y como se da en ciertos casos de paranoia en el que el sujeto racionaliza in extremis cualquiera de las facetas de la realidad que percibe.

Dada la circunstancia, ante tal situación, Jung se resigno a la espera de que algún suceso irracional que no fuera explicable por la razón se produjera.

Un día, la joven se encontraba explicando a Jung un sueño que esa misma noche había tenido. Alguien le había regalado una joya de gran valor, concretamente un escarabajo de oro.  Al tiempo que la muchacha relataba su onírica experiencia, un insecto repiqueteaba en la ventana con afán de entrar en la habitación en que se encontraban. Jung abrió la ventana y por ella entró un ejemplar de Cetoceia aurata cuyo caparazón, capacitado para polarizar la luz, daba la impresión de estar hecho de oro.

Ejemplar de Cetoceia aurata.

Jung cogió al coleóptero y se lo entregó a la joven diciendo: «Aquí tiene su escarabajo».

Ante la imposibilidad de explicar tamaña coincidencia (conocimiento de lo ignoto, premonición sobre el porvenir), se abrió una brecha en el muro defensivo que permitió a Jung tratar a la muchacha con unos resultados más que satisfactorios.

Para los que sólo atienden al razonamiento – esos mismos que argumentan que las emociones son racionales – el caso referido sólo es una coincidencia producto del azar. Huelga decir que la casualidad es el argumento del ignorante. ¿Por qué se ha producido este hecho? Casualidad.

Jung se dio cuenta que estas mal llamadas casualidades sucedían de una forma normalizada a la concurrencia de ciertas circunstancias, por lo que resolvió el buscar una explicación distinta de la burda casualidad, desarrollando así su teoría de la sincronicidad.

Sincronicidad es un vocablo que define mejor que azar o casualidad a la coincidencia presente en diversos fenómenos que se caracterizan por causas complejas y no lineales (azar estadístico).

La teoría de sincronicidad de Jung se asienta en cuatro pilares básicos:

1.- Coincidencia: Que es cuando algo ocurre a un mismo tiempo, conviene en el modo, ocasión, forma u otras circunstancias ya sea por superposición, analogía o por otro medio cualquiera. Como se ha visto en el caso de la joven paciente la visión onírica del coleóptero dorado bien pudiera explicarse, no siendo así el hecho de la irrupción de un insecto de características similares tras el relato de la ensoñación.

2.- Emoción: La tensión emocional del sujeto – para que se entienda – puede invertir su rol de efecto de una causa para convertirse en causa de un efecto en base a un arquetipo. En el caso referido el aureo insecto habría actuado como señal o detonante del proceso emotivo que llevaría a la total curación de la paciente.

3.- Arquetipo: Cuya irracionalidad desencadena la emoción. En este caso sería el escarabajo que representa, simbólicamente, la renovación del individuo (nada de Satán y subnormalidades parecidas). En este caso representa el inicio de recuperación del sujeto paciente.

4.- Alteración de la noción del espacio-tiempo: En el ejemplo del escarabajo, la coincidencia de un estado psicológico con un acontecimiento externo que además se desarrolla en distancia y tiempo diferente aunque sincrónico, tal y como podría atestiguar un observador de la totalidad de la escena.

Jung conluyó a este respecto – aparte que el azar no existe como tal – que los arquetipos presentes en un determinado momento psicológico pueden ser coincidentes con el terreno de lo material, por lo que si el individuo fuera consciente de las sincronicidades y del significado de los propios arquetipos alcanzaría un estado cercano del conocimiento absoluto. Siendo las sincornicidades (y sus principios) una herramienta que permite entrever una faceta de la realidad que va más allá del simple racionalismo.

, , , , , , , , , ,

Sincronicidades (I)

Hoy vengo con otro de esos artículos  relacionados con la psicología que tan poca aceptación tienen (como de costumbre). Los sesgos cognitivos y la estulticia imperante así lo manifiestan, sobre todo en esa misteriosa disciplina que se esgrime como a cada uno le conviene ocultando las atrocidades propias que tienen a bien el ser achacadas a terceros.

Sea como fuere, para mejor verse las implicaciones de la psicología con los fenómenos para- (paralelos o paranormales, que tanto da), hoy quiero hablarles sobre las sincronicidades.

Si usted está familiarizado con las cosas de la conciencia y el incosciente (que no todo es patología mental en las cuestiones psicológicas), entenderá con facilidad el concepto de sincronicidad. Si no es así, tampoco haría mal en documentarse al respecto.

Que el ser humano no es un ser racional, netamente racional, no es cosa nueva. El razonamiento, por lo general, en términos humanos (referidos al organismo humano), es una herramienta que si bien tiene sus aplicaciones dentro del ámbito material de la realidad, se convierte en una especie de trampa en la faceta no material de la existencia al intentar justificar – buscar la lógica que conviene, si se prefiere – a las pulsiones (irracionales per se) que reflejamos en forma de emoción.

Por lo general, no nos movemos de una forma racional, calibrando la consecuencia de de nuestros actos (cosa vista y demostrada en este blog que hace las veces de laboratorio), sino de forma emocional, reaccionando ante el entorno. Si lo prefiere, nos movemos por la víscera más que por el razocinio. Ejemplo de ello son las arengas que medios de comunicación, politicastros, líderes sectarios y un sin fin de indeseables utilizan para exaltar el inconsciente de la masa adocenada.

Para Jung, el inconsciente es el registro del conjunto de todas las experiecias del sujeto desde el momento mismo de su existencia. Sin embargo, opinaba además que, más allá de este planteamiento unitario y personal la suma de inconscientes individuales en el correr del tiempo, desde los orígenes mismos de la vida, conformarían lo que tuvo a bien en llamar el inconsciente colectivo. Ya que pensaba que del mismo modo que nuestra anatomía presentaba vestigios de formas de vida muy anteriores y pretéritas (por ejemplo tener cinco dedos  en manos y pies dispuestas sus falanges según la fórmula mamaliana de 2·3·3·3·3, que es aporte evolutivo de los Therapsida que vivieron entre 250 y 190 millones de años atrás), llevó a pensar a Jung que en el campo de la mente no habría de ser distinto.

Este inconsciente colectivo guardaría, según Jung, una serie de estructuras mentales arcaicas que no serían sino una especie de potenciales de pensamiento y de acción a los que daría el nombre de arquetipos. Por ejemplo: Padre, madre, hijo, hija, víctima, victimario, etc.

Por si esto fuera poco, Jung barrunta sobre la existencia de un suprainconsciente que va más allá todavía del inconsciente colectivo que sería el denominado como inconsciente cósmico, en el que estarían registrados todos los procesos mentales desde el origen del universo mismo. Eso que algunos llaman registros akásicos.

Independientemente de ello, parece ser que la vida mantiene una pugna entre la conciencia y la emoción incosciente que actúa de una forma netamente irracional. Ante la visión de un cadáver – al margen de la manera en que falleció – los individuos presentan diferentes reacciones que no son voluntarias ni razonadas. Miedo, asco, llanto, alegría, reflexión, etc. son algunos ejemplos de como actúa el inconsciente.

Es por tal causa, que si un individuo se encuentra colocado en situación desacostumbrada (peligro de muerte o fenomenología inusual), su comportamiento deja de estar sometido a la razón y se guía por lo irracional de las emociones – por ejemplo no se puede elegir a quien se ama, se le ama y punto – que por su naturaleza trascienden el tiempo y el espacio, conformando una especie de plano de lo irracional en el que no existen distancias ni lapsos temporales. Todo es y todo es ahora. Repito: Todo es y todo es ahora.

Esto nos lleva – más bien, llevó a Jung – a las sincronicidades. Las sincronicidades estudian los fenómenos de coincidencia. Fenómenos estos que no son relaciones entre la conciencia y el mundo exterior, sino entre el medio, el ser y el inconsciente colectivo. Dicho de otro modo, entre el inconsciente del individuo y el entorno.

(continuará…)

, , , , , , , ,

Fenómeos sobrenaturales y fenómenos paralelos (III)

Con este nuevo artículo me propongo finalizar la serie de tres que desde hace algún tiempo vengo exponiendo. Hoy quiero tratar el lado oscuro de los fenómenos sobrenaturales y paralelos.

La creencia en Satanás o los demonios, justificada o no – y por lo general como conjetura delirante de algunos que gustan más de vivir del miedo ajeno – conlleva a la admisión y registro de los hechos relacionados con el demonismo.

Durante trescientos años, entre el 1400 y 17oo, más o menos, era creencia extendida que el Mal – encarnado en la figura de Satanás – obsesionaba a la mal llamadas brujas (de las que quizás les hable algún día). Esto desembocó en una especie de manía persecutoria que como algunos ya sabrán produjo la muerte arbitraria e injustificada de:

T1.- Tabla de Asesinatos cometidos por la Inquisición

Región

Población

Ajusticiados

Por mil

Suiza

1.000.000

4.000 aprox.

4

Reino Unido

4.000.000

12.000 aprox.

3

Polonia-Lituania

3.400.000

10.000 aprox.

2,94

Alemania

16.000.000

25.000 aprox.

1,56

Dinamarca-Noruega

970.000

1350 aprox.

1,39

España

10.900.000

59 aprox.

0,0054‰*

 

Todo en nombre de lo podrido de unas mentes que creían estar cumpliendo los designios de una entidad metahumana que según decían era todo amor y misericordia. Como de costumbre, las cosas son más complejas y si bien estas acciones partieron de la Iglesia Católica (incluídos los protestantes alemanes o ingleses), la culpa ha de recaer sobre los tarados mentales que veían en estos hechos la materialización de sus perversiones.

Bajo esta perspectiva, la de la obsesión demoníaca, se contemplaban hasta tres tipos de fenómenos entendidos como sobrenaturales, que en mi opiniòn básicamente son paralelos (por lo menos en su mayoría).

Estos tres supuestos son:

1.- Circumsessio: Consiste en toda una serie de manifestaciones externas, pero dentro del entorno, que generalmente se traducen sólo en «molestias» para el sujeto. Por lo general se acaban, según los doctos eclesiásticos, si la persona cambia y adopta una vida más devota o vuelve al contacto con Dios, con una vida más consciente de la necesidad de orar y encomendarse al Padre celestial. Cosa que desde mi punto de vista quizás tenga más que ver con apartarse de la situación de estrés que puede llevar al individuo a padecer un brote psicótico. Esto lo digo por la apología al fortalecimiento en Dios, que es paliativo de los miedos típicos del neurótico (por ejemplo que existe Satanás y que existe la posibilidad de ir al Infierno). Desde el punto de vista de la parapsicología – reconocida como ciencia desde hace más de cuarenta años por la American Association for the Advancement of Science (AAAS), que son lo que publican la revista Science, mal que le pese a alguno – estas perturbaciones, llamadas por la clerecía infestaciones, exhiben una fenomenología claramente paranormal (paralela), en la que un individuo sometido a un fortísimo estrés produce una psicorragia que se manifiesta en forma de fenómenos de tipo poltergeist, acúfenos o alucinaciones.

En cualquier caso, y cada uno con su grado de Verdad, la circumsessio parece obedecer a la alteración del estado de conciencia del individuo, presentando una serie de efectos originados en tal causa.

2.- Insessio: Podría decirse que la insessio es cuando se perciben las molestias como ataque por parte de un ser preternatural que se interpreta malvado, por querer éste dañar al sujeto. Desde mi punto de vista, creo que obedece al padecimiento crónico de brotes psicóticos en los que el individuo, como ya saben, pierden el contacto con la realidad, presentando alucinaciones o delirios, cambios de personalidad y sobre todo muestras de pensamiento desorganizado. De forma religiosa, unas oraciones y ciertos ritos de limpieza (mal llamados exorcismos por los legos), acaban con el problema siempre y cuando el individuo abrace la doctrina propuesta.

3.- Possessio: Que es cuando se entiende que el individuo se encuentra bajo una dominación total de influencia demoníaca. En este punto es cuando, de forma religiosa, se aplica sobre el individuo el rito del exorcismo que algunos (sobre todo evangelistas) han convertido en un circo y que utilizan para amansar y sacar los cuartos una muchedumbre, por lo general, histérica.

En este punto el exorcista practica un lucha de voluntades contra el pretendido ser maléfico de la misma manera que una terapia psicológica lucha contra la falsa percepción del neurótico. Los exorcismos (de exhortar, mandar) suelen tener prolongación en el tiempo y se conocen casos en los que el clérigo ha tratado a su paciente durante años.

No descartando la posible existencia de entidades metahumanas con capacidad técnica para suplantar una personalidad o poseer un cuerpo, me atrevería a decir que la inmensa mayoría de los casos (en torno de un 97%, si quiere datos) no son más que estados alterados de la conciencia del individuo que le llevan a obra de formas anómalas que a ojos de los testigos se entienden como grotescas. Estas causas producirían además la apertura de ignotas parcelas de la mente que prodrían explicar la precognición, la glossolalia (también llamada xenoglosia) y tantas otras cosas.

 

4.000 aprox.

12.000 aprox.

10.000 aprox.

25.000 aprox.

1350 aprox.

59 aprox.

, , , , , ,

Fenómenos sobrenaturales y fenómenos paralelos (II)

El artículo de hoy es la continuación de su homónimo anterior. Mi idea era escribir sólo dos de estos artículos, pero dado que son necesarias ciertas explicaciones al respecto de ciertos asuntos, parece que habrá un tercero.

En este artículo me centraré en los fenómenos sobrenaturales de carácter místico. Para hablar de ellos es conveniente recordar que es el misticismo y desvincularlo, por supuesto, de la mistificación.

Misticismo es la unión del individuo con la faceta ulterior de la realidad, mientras que la mistificación – como ya debería saber – es el enjuiciamiento equivocado de un estado de cosas, a causa de errores de percepción o de memoria, ideales a los que se aspira y sesgos cognitivos – que son propios del dogma – tales como el prejuicio.

 

Es por ello que si bien cada individuo podría llegar a alcanzar una experiencia mística por conectar con la faceta última de la realidad (no tiene porque ser necesariamente una deidad: Inteligencias transmundanas, partículas y subpartículas, objetos interesteleares, etc), los mistificadores vienen a ser todos aquellos cuya percepción de la realidad está deformada, de modo y manera que sin haber alcanzado la experiencia tal, creen haberlo hecho o simplemente se lo inventan.

Dicho lo cual, los fenómenos sobrenaturales de carácter místico pueden agruparse en tres grupos:

1.- Éxtasis. Estado de plenitud máxima,  asociado a una extrema lucidez que dura unos momentos. Tras la vuelta a la cotidianidad despues de la experiencia, el individuo tiende a transformarse por el evento previo, pudiéndose sentir aún algún grado constante de satisfacción, por lo que es una experiencia de unidad de los sentidos, en la que pensar, sentir, entender y obrar están armónicamente integrados. El estado de éxtasis implica, como no, una desconexión con la realidad objetiva para conectarse con una realidad puramente mental dirigida hacia sí mismo (quede esto claro). La persona que experimenta el éxtasis a menudo desconecta sus sentidos hacia el exterior y los enfoca hacia el interior. San Juan de la Cruz, por citar un autor, denominaría simbólicamente a esta experiencia como «la noche oscura del espíritu», entendiéndose por ello una elevación suprema del individuo.

   El símbolo de Rolls Royce es la Dama del Espíritu del Éxtasis.

2.- Visiones. Aplicadas al contexto que se viene tratando (el de los fenómenos sobrenaturales de carácter místico), las visiones vienen a ser las imágenes que, de manera sobrenatural, llevan a la iluminación intelectual infusa. Dicho de otro modo, las visiones son la contemplanción inmediata de diversas facetas de la realidad que redundan en el contexto en el cual se desarrolla el individuo. A este punto la clarividencia, la precognición, sueños premonitorios, las alucinaciones visiuales (fenómenos paralelos) y las visiones beatíficas y demoníacas (pretendidas visiones y fenómenos sobrenaturales) entran dentro de esta categoría. Por lo general, tanto las visiones beatíficas como demoníacas, hoy día no tienen ningún tipo de valor o sentido dentro del doctrinario específico de una religión concreta pues hay quienes aducen tener visiones en una cultura, que se contradicen con las visiones de otra y ambas con la realidad. La visualización de deidades dentro del  contexto religioso actual, distan mucho de las visiones que en tiempos se tenían , donde el individuo no sólo podía interactuar con dichas entidades sino que además existía prueba innegable del contacto. Los profetas bíblicos que eran trasladados a puntos distantes de la geografía o los reyes sumerios o egipcios (entre otros) que tras la visión recibía objetos decisivos para la ejecución de la voluntad de las divinidades que aparecían en la visión son ejemplo de ello. Luego vino el razocinio espiritual1  que pervirtió este asunto.

En cuanto a las alucinaciones, decir que son una  pseudo-percepción de la realidad dada la ausencia de un estímulo externo. En ese sentido son distintas de las ilusiónes, que es una percepción distorsionada de un estímulo externo efectivamente existente (por ejemplo la pareidolia, muy vinculada a las hierofanías tales como cristos en la plancha o vírgenes en las tostadas). Las alucinaciones pueden ocurrir en cualquier modalidad sensorial – visual, auditiva, olfativa, gustativa, táctil, proprioceptiva, equilibrioceptiva, nociceptiva, termoceptiva o varias de ellas mezcladas. Aunque técnicamente aparecen mencionadas en pretendidas experiencias místico-religiosas, también aparecen debido al consumo de sustancias estupefacientes, y en pacientes aquejados de ciertos tipos dede cáncer y también en los que padecen de trastornos del sueño.

  Ejemplo de Ilusión.

 

Por útlimo, cuando el individuo se arroba y entra en un trance que le lleva al éxtasis es posible que pueda visualizar conceptos y facetas de la realidad que validarían la experiencia mística de poder comprobarse. Predecir el futuro con exactitud y antelación en lugar de a la buena de dios, nos posicionaría, como mínimo, ante un suceso paranormal que pudiera llegar a ser sobrenatural a falta de explicación.

3.- Revelaciones. Son manifestaciones de una verdad secreta u oculta. Si se quiere, de una verdad hasta ahora desconocida o no contemplada. El acercamiento del individuo a diversas facetas de la realidad, irremediablemente desembocará en revelaciones, como también lo hará la interactuación con entidades metahumanas de diverso caracter, al margen de la religión.

Para que quede claro, la revelación es ese la iluminación intelectual infusa a la que conducen las visualizaciones que se desarrollan al tener experiencias místicas. Si esto no se produce, no hay experiencia mística.

1.- El espíritu, aplicado al hombre, es el alma racional.

, , , , , ,

Fenómenos sobrenaturales y fenómenos paralelos.

Debido a una serie de correos recibidos, creo conveniente explicar la diferencia entre la fenomenología de carácter sobrenatural y la de carácter paralelo, sobre todo aquella que está vinculada con el misticismo. Dada la extensión del mismo lo dividiré en dos partes, antes que venga alguno a quejarse de que tiene que leer durante un par de minutos.

La primera, más benigna, es la que está vinculada con la fenomenología sobrenatural vinculada a los santos. La segunda, más terrorífica está ligada a la demonomagia y demonolatría.

Dicho esto,  considero, que la fenomenoligía sobrenatural está vinculada al misticismo (entendiéndose por tal la unión o cercanía del hombre con la faceta ulterior de la realidad). Huelga decir que igual que existe el misticismo también existe el pseudomisticismo, el cual queda englobado dentro de los casos de histeria y/o paranoia de la que ciertos individuos adolecen. Dicho de otro modo, creen que alcanzan un estado místico cuando en realidad no es así.

La diferencia de los fenómenos sobrenaturales con respecto de los fenómenos paralelos es que en los últimos, aunque curiosos (excepciones que confirman la regla), no existe el elemento místico que los relaciona con la faceta ulterior de la realidad y pueden ser perfectamente explicados. Otro nombre que reciben los fenómenos paralelos es el de paranormales.

Así las cosas, puede decirse que existen dos tipos de fenómenos sobrenaturales básicos, aunque por el momento sólo hablaré de un tipo de ellos.

1.- Los fenómenos corporales de caracter milagroso, aquellos que Henri Bon llamáse prodigios biológicos, pueden dividirse a su vez den tres subgrupos:

a) Inedia. Aplicada al contexto sobrenatural es la falta de alimentación durante periodos prolongados de tiempo. Casos destacados al respecto son el de Luise Lateau, que estuvo catorce años sin probar bocado y el de Therese Neumann Konersreuth, que hizo lo propio durante más de treinta. Ambos casos siguieron un estricto control médico y científico. Pese a la busqueda de una explicación – en base a la más que razonable credulidad materialista – y a sostenerse una serie de hipótesis (suposiciones); por ejemplo alimentación a través de la piel y la respiración (lo más lógico), influjo de ondas electromagnéticas del Sol o la existencia de fuerzas cósmicas de vibración (que diría Buchinger) el hecho es genuino y auténtico, pues parece ser que los «santos» – entiéndase – llegan a un punto en el que no les es necesario el sustento que de común se provee el hombre. Cosa estas que no llama sino a la precaución, pues no por dejar de comer uno se hace santo aunque siendo santo uno deje de comer. La inedia, mal entendida, causa malnutrición y posteriormente la muerte por inanición en el individuo ya que no es una postura que se pueda adoptar, sino más bien es el efecto de una causa pretérita. Del mismo modo que no todos los ciegos pueden recuperar la visión, no todas las personas están llamadas a ser santos. Por mucho que le recuerden lo especial que es usted, lo más probable es que acabe teniendo un problema. Precaución.

   

Prahlad Jani, referente de inedia.

 

b) Las heridas sangrientas. Que pueden ser fenómenos paralelos (raros aunque explicables) o sobrenaturales. Estos casos aparecen bajo las siguientes formas: Lágrimas y sudor de sangre, sangría fresca en un cadaver después de un periodo tras la muerte y el sangrado de objetos. Como es natural la ciencia intenta explicar estos fenómenos y por lo general suele hacerlo, por ejemplo el sangrado de la sagrada forma que suele ser producido por un pequeño bacilo (Bacillus Prodigiosus) que produce una  coloración roja similar a la sangre cuando se encuentra al abrigo de la luz y a una temperatura de 15 a 20 grados (por ejemplo la que se alcanza dentro del fresco y seco sagrario). Se desarrolla, a veces, sobre el pan, la leche y las patatas expuestos al aire y da la impresión de ser sangre. Imagine si un neurótico – tal como expone Max Scheler – en su absolutización de lo relativo  eleva a la catégoría de fetiche una forma contaminada de estos bacilos que provocan conjuntivitis, queratitis e infecciones en heridas, riñones y vías urinarias, así como infecciones respiratorias, meningitis y endocarditis. Afectando particularmente a pacientes débiles, hospitalizados y a los que tienen la inmunidad disminuida por enfermedades sistémicas o tratamientos médicos inmunosupresores, que suelen ser el tipo de pacientes que van en romería a contemplar esta suerte de pseudomilagros.

Placa de Petri con una colonia de  Bacillus Prodigiosus

 

c) Estigmas. A lo largo de la historia se han documentado muchos casos de personas que – sin causa aparente – los padecieron , es decir, sufrieron heridas que por estimación eran semejantes a las que habría sufrido Jesús  durante su pasión. Ejemplos de ello son San Francisco de Asís, la beata María de Oignies (beguina ella), Santa Catalina de Siena, Therese Neumann, Santa Gema Galgani o Pío de Pietrelcina.

Las estigmatizaciones son  heridas de las que las ciencias médicas no logran la curación  de los  mediante tratamiento alguno (ergo hay control científico y médico), que no emiten olores fétidos sino aromas exquisitos, pese a ser heridas abiertas expuestas a infección y de larga trayectoria. Que no supuran ni necrosan la carne ni desangran al paciente.

En mi opinión creo que tiene más que ver con la mente del individuo que con la interacción de un ser preternatural, pues en otras cultaras, la estigmatización también se da aunque de forma diferente. Es decir, no imitan el patrón de las pretendidas heridas de Jesús.

    Therese Neumann estigmatizada.

Por último, dentro de los fenómenos sobrenaturales de tipo corporal se engloban también el fenómeno de la levitación y el de la bilocación, en los que el individuo puede vencer las leyes de la naturaleza – que es lo que es un milagro – y alzarse sobre una superficie ignorando la gravedad o estar y ser visto en el mismo lapso temporal en dos lugares a la vez.