Mundo Desconocido

Salud Humana

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El Misterio de los Biorritmos y… más cosas

Hace más de 100 años, una serie de médicos europeos de manera simultanea, descubrieron los llamados biorritmos, lo cierto es que esos ritmos biológicos tienen un fondo real y almacenan un misterio mucho mas importante de lo que a primera vista pueda parecer.

El siguiente vídeo, hablamos sobre ese enigma. No dejéis de verlo.

[http://www.youtube.com/v/jp-gNGoc-OI]

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Psicosis

Siguiendo con la serie de artículos de patologías mentales que me he propuesto escribir, quiero hablarle sobre un trastorno de personalidad sumamente curioso. Como en ocasiones anteriores, no persigo sino informar al lector, grosso modo, sobre las diversas enfermedades mentales que se ocultan detrás de ciertos comportamientos. Hoy voy a tratar el asunto de la psicosis.

Desde un punto de vista netamente psicológico, por  psicosis se entiende, de forma  genérica, el estado mental que se caracteriza por la pérdida de contacto con la realidad.

Stedman definiría la psicosis como un desorden mental severo, con o sin daño orgánico, caracterizado por un trastorno de la personalidad, la pérdida del contacto con la realidad y causando el empeoramiento del funcionamiento social normal.

Evidentemente, esto trae aparejadas una serie de implicaciones que sitúan a la psicosis como una enfermedad mental que presenta un desvío en el juicio de realidad. Que tampoco hay que confundir con insuficiencia de juicio propia de la oligofrenia, del debilitamiento de las demencias, y de la suspensión del juicio de los estados confusionales (delirantes), aunque todas ellas tengan que ver con una distorsión de la percepción de la realidad por parte del individuo. La psicosis no es una deformación, es la perdida total del cualquier punto de referencia con respecto a lo que entendemos por realidad (la puntualidad de estos brotes y su efecto difiere según la afección). Por lo general el sujeto carece de la introspección necesaria acerca de lo extraño de su conducta o sus pensamientos – que cree dentro de la normalidad o inherentes al ser humano – los cuales  terminan por provocar una grave disfunción social.

Como lo lee.

Las personas que  padecen este trastorno son las denominadas psicóticas, que no ha de confundir con los psicópatas ya que actualmente, dicha terminología (psicótico) se emplea con demasiada alegria, incorrectamente, como sinonimia de psicopático.

Los afectados por la psicosis presentan alucinaciones, delirios (siempre que se encuentren en este  estado), evidentes trastornos formales del pensamiento (cambios de las relaciones semánticas y sintácticas, como se puede ver claramente en un montón de «misterios y verdades reveladas», de ahí la importancia de conocer el significado de las palabras que se nos dicen), manifiestando además cambios en su personalidad.

Tales síntomas suelen ir acompañados de un comportamiento inusual o extraño, así como por una dificultad extrema a la hora de interactuar socialmente o de una incapacitación para llevar a cabo actividades cotidianas de lo más ordinario. Una amplia variedad de elementos del sistema nervioso, tanto orgánicos como funcionales, pueden causar una reacción psicótica. Esto ha llevado a la creencia que la psicosis es como la «fiebre» de las enfermedades mentales, un indicador patogénico serio aunque no específico. Dicho de otro modo, la psicosis indica enfermedad mental, pero no indica que tipo. Esto se debe al grado y efecto que la misma produce en el individuo. Por ejemplo, los neurótícos de tipo histérico suelen ser afectados por una psicosis de tipo depresivo.

Valga enumerar una serie de síntomas (los más comunes), que pueden hacer pensar que nos encontramos ante un paciente psicótico:

1.- Cambios bruscos y profundos de la conducta. Ahora te amo, ahora te odio. Sin impasse.
2.- Mutismo. Replegarse sobre sí mismo, sin hablar con nadie.
3.- Creer sin motivos que la gente le observa, habla de él o conspira contra él.
4.- Soliloquio. Hablar a solas creyendo tener un interlocutor, tener visiones o recibir mensajes (alucinaciones visuales y auditivas) sin que existan estímulos externos. Cosa que muy a menudo sucede en el farragoso ámbito en el que nos venimos moviendo (usted y yo).
5.- Períodos de confusión mental o pérdida de la memoria.
6.- Sentimientos de culpabilidad, fracaso, depresión. Pecado.

Cabe destacar, que algunos de estos síntomas también pueden experimentarse en condiciones no psicóticas, por ejemplo el abuso de sustancias, trastornos de personalidad, eventos estresantes (distresantes), situaciones límite, momentos graves de neurosis (por ejemplo ciertas neurosis de tipo histéricas, que no dejan de ser psicosis depresivas) y momentos de conversión (si piensa usted que es conversión religiosa,  básicamente eso es). De hecho, el continuo abuso de sustancias – cuanto más potentes más fácil – o la exposición continuada (voluntaria o no) a situaciones estresantes, sin duda acabará en brote psicótico. Dicho de otro modo: Irás y no volverás.

Por no aburrirle con la extensísima y muy completa disertación sobre la psicosis que aparece en el diccionario enciclopédico de la psique de L. C. Béla Székely, intentaré sintetizar (más o menos, más menos que más) el asunto de la psicosis a modo de conclusión.
Podemos afirmar que la psicósis es una enfermedad que se manifiesta por trastornos de la conciencia, o sea en la alteración de la capacidad del individuo para reflejar exactamente el mundo que le rodea e influir sobre él con un fin determinado,  que como en el resto de las demás enfermedades del hombre es producto la alteración de interacción normal del organismo y el medio ambiente. Cuyas carácterísticas provoca la disrrupción con la realidad y el entorno por parte del individuo generando, consecuentemente, la incapacidad del mismo para la emisión de juicio con respecto de los hechos, así como una serie de pensamientos ilógicos e irracionales que sólo obedecen al distanciamiento de la realidad del sujeto afecto y no a otra cosa.

 

 

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Ansia viva

Como ya les comentase, este nuevo artículo pertenece a una serie de afecciones psicológicas que creo son convenientes saber. Sobre todo por la acepción originaria de la psicología, «estudio del alma». Alma que quizás un día me sienta animado a exponer.

Hoy quiero hablarles de la ansiedad (antes que del psicoticismo o de la psicopatía), estrechamente vinculada – como ya se vio – al neuroticismo.

Ansiedad, del latín anxietas, «angustia o aflicción». Desde una perspectiva netamente psicológica, la ansiedad  es una respuesta emocional (o conjunto de ellas), que aglutina una serie de aspectos subjetivos (sobre todo cognitivos de carácter displacentero) y fisiológicos caracterizados por comportamientos deficientemente adaptativos.

Como mecanismo adaptativo (hablando ahora desde la biología), con intervención del sistema adrenérgico, se fuerza a todo el organismo a invertir una cantidad de  energía de reserva que se verá compensada por la obtención de una fuente energética muy superior a la que se está invirtiendo para conseguirla y que normalizará dichos valores. Aunque lo que de común más se conoce es la intervención del sistema adrenérgico a la hora preservar la integridad física del sujeto objeto, frente a una amenaza.

El sistema dopaminérgico también interviene cuando el organismo considera que va a perder un «bien» preciado. En esta situación, el organismo entra en alerta  ante la «posibilidad» de la existencia de una amenaza, que no es lo mismo que cuando la amenaza es manifiesta, en cuyo caso  se libera es adrenalina.

Si bien es cierto que la ansiedad, de forma puntual y eminentemente práctica, ayuda al organismo a resolver peligros en la vida cotidiana, cuando se producen transtornos de ansiedad (sobre todo en lo que toca al especular con amenazas inciertas, hipotéticas e inventadas),  el organismo corre el riesgo de intoxicarse por dopaminas o por otras catecolaminas (cuyo aumento provocan en el individuo una  fase maniaca – trastorno mental, caracterizado por el delirio general, alteración del estado de ánimo,  agitación y tendencia al furor – tal cual hacen las anfetaminas).

Andrew M. Lobaczewski, psiquiatra, estima que un cerca de un 64% de la población padece de algún tipo de trastorno de ansiedad. Siendo que de estos cerca del 21%, ignora este hecho. Se consideran «normales» (que ya tiene guasa, si me quiere entender, «normales»).

En las sociedades modernas (supuestamente avanzadas), esta característica innata al ser humano  ha devenido en patología conformando los cuadros sintomáticos que constituyen los denominados trastornos de ansiedad, que tiene consecuencias negativas y muy desagradables para quienes lo padecen y quienes les rodean. Entre los trastornos de ansiedad se encuentran las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo (TCO), el trastorno de pánico, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de ansiedad social.

En el caso del trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad patológica se vive como una sensación difusa de angustia o miedo y deseo de huir, sin que quien lo sufre pueda identificar claramente el peligro o la causa de este sentimiento. Esta ansiedad patológica es resultado de los problemas de diversos tipos a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana, y sobre todo de las ideas interiorizadas acerca de los mismos. Dicho de otro modo la distorsión en la percepción de la realidad que el individuo paciente percibe (siendo esta falsa), genera el trastorno.

Los síntomas de ansiedad son muy diversos y se engloban dentro de lo que se ha venido en denominar como hiperactividad vegetativa (taquicardia, taquipnea, midriasis, sensación de ahogo, temblores en las extremidades, sensación de pérdida de control o del conocimiento, transpiración, náusea, rigidez muscular, debilidad muscular, insomnio, inquietud motora, dificultades para la comunicación, pensamientos negativos y obsesivos).

Como puede comprobarse, los trastornos de ansiedad pueden – a tenor de lo expuesto – manifestarse de tres formas diferentes: a través de síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales. Éstos hacen referencia a tres niveles distintos, los cuales pueden influirse unos en otros, es decir, los síntomas cognitivos pueden exacerbar los síntomas fisiológicos y éstos a su vez disparar los síntomas conductuales.

La ansiedad, en el peor de los casos, puede resultar en trastorno de pánico, en el cual la persona cree que va a desmayarse, fallecer o sufrir algún otro percance fisiológico. Es común que las personas con este trastorno visiten la sala de urgencias (o santones) con cierta frecuencia, sintiéndose mejor después de ser atendidas. Sólo atendidas.

Llegando a este punto, quizás convendría hablar de los síntomas cognitivos sujestivos vinculados al miedo, ya que la asiedad, si es persistente, da lugar a alteraciones de las funciones mentales superiores, además de generar pensamientos, ideas e imágenes negativas. Los temores o miedos pueden llegar a ser muy intensos, llegando al terror o pánico.
Esto provoca en el individuo un temor anticipatorio (ansiedad anticipatoria), en el que  se espera que suceda lo peor.
Huelga hablar de la sensación de inseguridad. El individuo adolece de una fortísima irritabilidad. La aprensión (tanto en el sentido físico como en el intelectual) también es característica. El sentimientos de minusvalía o inferioridad aparece más tarde, junto con indecisión y la incapacidad de afrontar las diferentes situaciones que se presentan, debido a la irrealidad de la percepción del entorno y de sí mismo dentro de él (generalmente por creerse capaces o sabedores o lo que usted quiera, pero a la hora de la Verdad…). Todo ello en la pérdida de la objetividad y de la capacidad para pensar con lucidez. Si se es neurótico la culpa será siempre de un tercero, aunque sea imaginario.

Casí nada.

Hay quien tiene razón y habla de desprenderse del Miedo (aunque prefiero utilizar la terminología «dominarlo», ya que como otras tantas cosas es consustancial y no se puede/debe suprimir), que si se da cuenta es la clave de bóveda para los trastornos de ansiedad y el neuroticismo, pero a menudo yerran en meter más miedo todavía.

Por si no ha quedado claro, la ansiedad deriva directamente del miedo a la muerta, a dejar de ser y de existir y de aquellos polvos estos lodos. ¿Cómo puede dominar el miedo alguien que cree que sino cumple con ciertos rituales (trastorno obsesivos-compulsivos, por ejemplo) irá al Infierno? ¿Cómo puede alguien dominar su miedo si cree que cuando muera encarnará en lo que considera un infraser? Si usted suspende el examen práctico de conducir no le obligan a volver a realizar el teórico, ya tiene ese conocimiento (ya verá como salta un listo con lo de cuando pasa un tiempo, etc.). Más aún ¿Cómo alguien puede dominar el miedo a la no existencia, al dejar de ser si piensa que tras la muerte no hay nada más? ¿Acaso eso no acrecenta la angustia?

Preguntas universales, basamento de culturas y religiones. Mi opinión particular al respecto ya debería conocerse. Baste decir que tras la muerte bien pudiera haber algo que considero eternamente alejado de lugares o dimensiones de premio o castigo, más cercano a la metempsicosis (o termodinámica, si lo prefiefe). Lo contrario es ilógico.

También, dentro de este asunto que es el miedo (que quizás algún dia trate en profundidad), existen quienes aducen que lo opuesto al miedo es el amor. Un planteamiento perteneciente a la psicología relativista – esa psicología que mucho de estos dicen aborrecer por confundirla, por ejemplo, con el tinglado mafioso que es el DMS y que poco o nada tiene que ver – que durante los años 50 del siglo XX se empleaba como parte del sistema educativo de los EEUU y que dejó de emplearse (por inútil y por falso), con la llegada de la antipsiquiatría diez años más tarde.

Supongamos que haciéndo un esfuerzo llego a idealizar el Amor como algunos hacen y acepto que «amor» es el bien común, no desear mal a los demás, etc. Bueno, el miedo como tal es la angustia del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Ergo no son contrarios, ni antónimos, ni opuestos. Si lo piensa, muchos de los gurues que promulgan este valor recibieron este tipo de educación (como forma de sometimiento hacia el sistema, no lo olvidemos), por aquellas fechas.

Lo contrario de ese amor idealizado vendría a ser el desprecio, más concretamente el odio. Ya que el que odia sí que desea mal y perjuicio hacia algo o alguien. Odio que ejercen, como en muchas ocasiones han demostrado, aquellos que predican el binomio Amor/Miedo en clara contradicción con un planteamiento de por sí obsoleto.

 

 

 

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7 Sencillos Consejos para Mejorar tu Salud

En el siguiente vídeo, os explicamos 7 simples y sencillos consejos con los que a buen seguro mejorará tu salud, hábitos de conducta y pequeños cambios con los que quizás erradiques alguna si no varias de tus dolencias.

Cualquier momento puede ser ideal para poner en práctica alguna o varias de las ideas propuestas.

[http://www.youtube.com/v/0yRFa4jw0wo]

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¿Cómo era?¿Mur?¿Mus?

En este nuevo artículo no voy a hablarles de caníbales urbanos, ni de los posibles efectos de las tormentas solares, ni tampoco del regimen nazi que algunos se empeñan en imponer con medidas políticas propias de los habitantes de manicomino, no. En este nuevo artículo quiero hablarles de otro de esos asuntos científicos que considero de relevancia.

Como en ocasiones anteriores mi fin no es otro que el de acercar al lector la dimensión de asuntos que por lo general se trantan a la ligera, sobretodo por ignorancia.

Ha sido  equipo de investigadores dirigidos por José María Delgado, de la Universidad Pablo Olavide (Sevilla), quienes  han conseguido la proeza de: «Interrumpir temporalmente la recuperación de recuerdos de ambos tipos de la memoria a corto plazo mediante la estimulación cerebral».

Para que se entienda, lo que se ha conseguido es el borrado de memoria. Eso sí, en ratones.

Los resultados han sido presentados en el Congreso Neurociencia bianual de la FENS (Barcelona)

Si bien es cierto que la neurociencia, y otras disciplinas anejas, se han esforzado en desentrañar el proceso de formación de los recuerdos, ahora, los científicos están aprendiendo cómo alterar la memoria.

Usted que es inteligente (o debería serlo, por aquello del raciocinio), entenderá que las implicaciones que este nuevo descubrimiento trae no sólo provocarán la desaparición del psiconálisis, en su acepción más genérica.

De hecho, según el planteamiento psicoanalítico, los recuerdos son más susceptibles de ser olvidados cuando se traen a la memoria. Tal como acontece con eventos traumáticos que siendo guardados en el cajón de sastre que es el  inconsciente, permanecen allí hasta que se habla de ellos, se ven tal cual son, se entienden, se les asigna un valor determinado y si llega el caso se desechan olvidan y desaparecen.

El equipo de Delgado pretende algo similar solo que por una vía diferente. Cosa que no considero adversa per se.

La memoria interrumpida de los roedores a sido la denominada como «a corto plazo»- la que, por ejemplo, le permite memorizar una secuencia numérica antes de apuntarla –  mediante una corriente eléctrica.

El almacenamiento de recuerdos tiene lugar en dos lugares en nuestro cerebro: la corteza prefrontal, en la superficie del cerebro, y el hipocampo, situado en el interior. En el primer lugar, tenemos los circuitos de la memoria a corto plazo, mientras que en el segundo, almacenamos los recuerdos permanentes, como las cosas que aprendemos con la experiencia o los sucesos que han ocurrido a lo largo de nuestra vida.

 

 

Actuando sobre una zona del hipocampo denominada «giro dentado» se inhiben de forma permanente los recuerdos, como ha probado Delgado en experimentos con animales. De hecho, algunos laboratorios buscan ya fármacos para lograr este propósito.

Tal como dije, presupongo su inteligencia, por lo que dejaré – por aquello de no dar ideas – que esta vuele hasta rozar el delirio, porque bien dicen el refrán que: «Piensa mal y acertarás».

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La Salud Humana y Las Radiofrecuencias

El enorme aumento de cánceres y casos de depresiones y psicopatías varias parece que viene ligado al aumento desmesurado de las Radiofrecuencias o Frecuencias Electromagnéticas inundan nuestro entorno.

En el siguiente videoprograma, hablamos sobre diversos estudios que hablan sobre ello e interesantes casos donde la salud ha sido la perdedora entre la técnica moderna y la biología humana.

A buen seguro será un videoprograma que os interesará.

[http://www.youtube.com/v/T5B8ioQ5IJ8]