En la madrugada del pasado viernes, 13 de julio, un destello iluminó el cielo de la península durante un breve lapso temporal. Cerca de las 2:0o (una buena hora para estar despierto, añado) se pudo contemplar una especie de fogonazo, que fue descrito en las redes sociales y en foros de internet como «una luz que convirtió la noche en día» acompañada, como no. de un estruendo.
¿Qué fue lo que apareció en el cielo?
Primeramente, y desde mi escaso conocimiento un Objeto Volante No Identificado. No obstante, que este objeto volante me fuera desconocido, no era óvice para que gente más preparada (entiéndase como especializada) que yo, realmente supiera que era aquello.
Tras preguntar a quienes considero – por su trayectoria y honorabilidad (no cualquiera, no vaya a creer) – se me ha dicho que tal bólido consistía en la desintegración de un fragmento de origen cometario sobre el área que comprende provincia de Madrid y poblaciones aledañas. El enorme destello iluminó el centro del país como nunca antes se había registrado desde que la ciencia es ciencia (Siglo XIX).
Cito textualmente:
«El brillo fue tan intenso que el evento pudo contemplarse desde toda la Península ibérica. De hecho, en una fracción de segundo en la zona centro el cielo nocturno se iluminó como si fuese de día»
Comunicado el equipo de detección de meteoros de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
La extraordinaria magnitud del evento permitió que fuera detectado no sólo por las cámaras situadas en el observatorio de la mencionada universidad, sino por otras tantas, no tan cercanas. Ya que el evento se observó en un radio de cientos de de kilómetros de distancia (Huelva, Sevilla, Arenosillo, Madrid, La Hita, Villaverde del Ducado, Sierra Nevada, Bootes-1 y La Cañada).

El profesor de la Universidad de Huelva José María Madiedo, y en la que han intervenido también los equipos dirigidos por los investigadores Josep Maria Trigo-Rodríguez (Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña, CSIC) y José Luis Ortiz (Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC) señala la trayectoria en la atmósfera terrestre del objeto, su órbita en el Sistema Solar, información sobre su composición química y estallido a unos 30 Km del suelo (algo parecido a lo de Tunguska, si es que me quiere entender).
Como ven, este es un nuevo caso OVNI resuelto. En general es así. Aunque no por ello es menos cierto que sigan existiendo sucesos – de momento – inexplicables (los menos).