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Upssala. Estudio sobre el miedo.
En este nuevo artículo quiero hablarles de un descubrimiento que me parece de sumo interés por las connotaciones que tiene. Tal descubrimiento tiene que ver con el miedo, con su proceso de consolidación en nuestro cerebro y con la posibilidad de no tener que depender de la farmacología o la cirugía para poder domeñarlo.
Desde el punto de vista de la psicología conductivista el miedo es cosa que se aprende. De ahí la ingente cantidad de neuróticos que se estima cohabitan en el mundo (cerca del 64% de la población mundial)
Desde un punto de vista netamente antropológico – y más concretamente el de M. Korstanje – el miedo se encuentra inserto en los sistemas religiosos y aunque la religión no es por si misma generadora de temores o angustias, si lo es el discurso político al cual se apela para generar adoctrinamiento (que como usted debería ya saber es condición sine qua non tanto para la aceptación de un dogma, como para el neuroticismo).
A través de una serie de experimentos realizados en la universidad Upssala de Suecia que incorporaban mostrar imágenes y shocks eléctricos, se ha comprobado la formación de memorias emocionales relacionadas con el miedo y como se puede interrumpir el proceso químico de formación y consolidación a través de un sistema sencillo.
En el estudio se ha cogido a dos grupos de voluntarios y se les han mostrado una serie de imágenes. En ambos grupos unas cuantas imágenes se acompañaron de un shock eléctrico, de manera que al repetirlo varias veces, cuando se mostraban las misma sin necesidad de shock se activaba una memoria de “miedo” en el sujeto.
El descubrimiento realizado es que el miedo no es fijo sino que necesita de un proceso de reconsolidación para hacerse permanente, siendo posible el poder evitar su formación. Para ello uno de los grupo siguió visualizando las mismas imágenes sin el shock, evitando así la reconsolidación de la memoria emocional en sus mentes hasta que el miedo, literalmente «se deslió» (de desleír), mientras que en el otro grupo y tras un lapso de tiempo para volver a mostrarles las imágenes, se comprobó que el miedo ya era un recuerdo a largo plazo.
Lo cual viene a confirmar las especulaciones de los investigadores Min Zhuo, Bao Ming Li y Bong Kiun Kaang que afirman que la consolidación en la memoria de un episodio de miedo intenso (o de un trauma) no es inmediata. Siendo que la activación de los receptores NMDA – moléculas que reciben las señales bioquímicas que provocan un efecto fisiológico concreto – provoca que en esos receptores se produzca una huella en las células cerebrales.
La diferencia entre los casos sueco y chino, radica en que en el segundo caso, la subunidad molecular NR2B fue bloqueada por agentes externos (farmacología) y en el primero no.

